ALLIUM CEPA
Una preciosa y perfecta esfera conformadas por cientos de flores individuales cada una de ellas cargadas con mucho más que sabor. Las flores de cebolla, como las del puerro, los ajos, las charlotas, cebolletas o cebollinos, son plantas bianuales, lo que quiere decir que el primer año se desarrolla la planta (en este caso la base del tallo y las hojas) y el segundo año, se produce la flor de la que, una vez polinizadas, darán lugar a las semillas. Tal vez la magia de esperar un segundo año por la flor, hace que ese misterio de la vida lo haga un producto más delicioso. En la cebolla, están las propiedades como antiinflamatoria, antioxidantes y anticancerígenas. Contienen colágenos que nos cuidan del pelo y de la piel. Nos aportan vitamina C, Calcio, Hierro y Magnesio entre otros. Y como siempre, recordar que en las flores se concentran mayores proporciones de sus beneficios que en el resto de la planta. En cuanto a sus usos y aplicaciones, pasaría a remplazar esa cebolla fresca que podemos colocar en un plato por unas flores espolvoreadas ya sea en fresco pero también, encurtidas o maceradas en vinagre, salteadas, asadas al horno o hasta guisadas. Resalta el carácter de un queso cremoso, ya sea más fresco o el de un queso azul, al que le pueden llover flores y acentuar todavía más sus matices. La salsa de soja, la salvia, el vinagre balsámico o unas setas son algunos de los grandes lazos que esta flor establece. Más información: https://mijardinsecome.com/tips_flores_comestibles/
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