Los adolescentes que hacen cosas estúpidas e imprudentes no son un fenómeno nuevo ni exclusivo de la generación que crece con las redes sociales. La única diferencia es que en la década de 1950, volverse viral no era el objetivo. En cambio, los adolescentes probablemente recibirían algunos comentarios variados de un grupo pequeño de personas y la satisfacción de un trabajo bien hecho.
Este grupo decidió asumir el desafío de ver a cuántas personas pueden meter en una cabina telefónica. Creemos que debe haber al menos 15, pero no estamos seguros exactamente.
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